domingo, 13 de agosto de 2006
Una jornada dura
El día de ayer fue duro para Israel, la operación militar iba avanzando, pero con un gran coste en vidas humanas. 24 soldados murieron en el día de ayer. 24 jovenes, 24 chicos.
En un país pequeño como Israel, cada victima cuenta.
Cuentan que un diplomatico conoció a Golda Meir y le preguntó sobre las respuestas del ejército a los ataques árabes. Ella sin decirle nada le llevó a su despacho y sacó una carpeta con anillas. Y le enseñó una hoja, tenía el nombre de una mujer israelí que había muerto en la guerra de Yom Kippur. Había una pequeña ficha, con su edad, el nombre de su familiares, el lugar en el que había nacido, en el que había muerto y las circunstancias, si eran conocidas, su profesión. Y una foto de ella con sus familiares.
Golda Meir le mostró otra. Era la de un hombre, con lo mismo, una foto, su edad, su nombre, su profesión, el lugar en el que había nacido y en el que había muerto. Le mostró otras fichas; todos los muertos israelies estaban allí.
Terminó diciendo, nosotros sabemos cuántos y quiénes de entre los nuestros murieron. Los árabes aún no. Y ya han pasado muchos años. No me preguntes porqué.
En otras versiones, dicen que fue Rabin... no se sabe con seguirdad, sólo se sabe que esas fichas existen.
Pasados 30 años del Septiembre negro, nadie sabe cuántos palestinos murieron en Jordania.
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