¿De qué va esto?

Esto es un blog pro-Israeli.

Lo creamos hace ya casi cinco años, en los albores de la operación Litani, tras el secuestro de Ehud y Eldad. Cuando Gilad llevaba más de un mes en manos de Hamas.

Han pasado casi cinco años. Gilad sigue en manos de Hamas, Ehud y Eldad volvieron a Israel. Muertos. Muchas cosas han pasado, pero poco ha cambiado. Una tregua, Sderot bajo el fuego de los qassam, atentados, una operación contra Hamas, la reconciliación entre Fatah y Hamas, informes sesgados, la ONU, secuestros en Gaza, flotillas pseudo-pacifistas…

Lo que nos hizo abrir este blog en ese momento, fue notar que no recibíamos información sobre lo que pasaba en Israel. Empezamos a traducir noticias, a escribir crónicas basándonos en la información que recogíamos de fuentes de todo el mundo.

Después la calma, después otras luchas en otros lugares. Nos volvimos más críticos, más pesimistas.

Pero seguimos aquí, y pensamos, que pese a quien pese, Israel seguirá existiendo. Y seguiremos peleando, para que eso sea así.

viernes, 26 de agosto de 2011

Mucho más que una mala semana

La última semana ha sido la peor para Israel en los últimos tres años. Tres ataques coordinados, —contra todo vehículo que circulaba por la carretera que lleva a Eilat—, una nueva tentativa de secuestro —frustrado porque los ocupantes del coche no se detuvieron, pero presenciaron como miembros de su familia que iban en otro coche eran asesinados—, lanzamientos continuados de mortero, cohetes qassam y grads —que acabaron con la vida de un padre de familia que deja a dos niñas pequeñas y una mujer a punto de dar a luz—.

El balance es de nueve israelíes muertos, decenas de heridos. Un millón de israelíes en los refugios anti-aéreos, y el Sur de Israel atacado desde Gaza. Sólo el viernes cayeron en territorio israelí más de 70 proyectiles.

Ese es el panorama que la prensa europea y sobre todo la española no quiere contar. La noticia del triple ataque en el Sur de Israel no fue más que una simple anécdota. Los lanzamientos de qassam, grad y mortero meras anécdotas dentro de los artículos que demonizan a Israel por devolver el fuego o acabar con la vida del grupo que reivindicó el triple ataque.

Por enésima vez las mismas sensaciones: Indignación. Una profunda indignación al ver como en RTVE se justifica un ataque contra un autobús público porque en él viajaban militares israelíes. No creo que el redactor de esa noticia se hubiera atrevido a justificar que Al-Qaeda atentó contra los trenes en Atocha porque los trenes también son usados por personal del ejército español. Básicamente porque sería una atrocidad. Pero la prensa española hace tiempo que parece desconocer las cosas más básicas.

Hartazgo, porque por enésima vez “Israel ataca Gaza” y ni media palabra de los ataques sobre el Sur de Israel, ni sobre el millón de israelíes que viven pendientes de las sirenas, o del buen funcionamiento del Iron Dome.

Cabreo, porque los palestinos nunca son parte de un grupo terrorista, ni aunque la yihad islámica o el comité de resistencia popular lo admitan. Son hombres, mujeres y niños. Los israelíes sólo son un número, o israelíes, o sionistas, o colonos, o civiles o militares. Nunca personas, ni padres, ni hijos, ni niños, ni bebés.

Un apunte, los enemigos de Israel se han modernizado, parece ser que utilizan facebook, twitter y demás para afinar la puntería, por eso el ejército israelí les ha pedido a los ciudadanos israelíes que no den datos sobre los impactos de qassam y grad.

Facebook y twitter se había convertido para muchos israelíes en una forma de demostrarle al mundo que el Sur de Israel está siendo constantemente atacada desde Gaza, en una forma de luchar contra los silencios interesados de aquellos que se empeñan en que el mes que viene la ANP llegue a la categoría de estado, sin obligación ninguna, y sin un plan real a corto, medio o largo plazo para subsistir.

Porque la realidad es que han vuelto a atacar a Israel, están atacando el sur del país a pesar de la “tregua” —una de esas treguas a las que Hamas, la yihad y demás grupos palestinos nos tiene acostumbrados—, y la prensa internacional, sobre todo la española mira a otro lado.