¿De qué va esto?

Esto es un blog pro-Israeli.

Lo creamos hace ya casi cinco años, en los albores de la operación Litani, tras el secuestro de Ehud y Eldad. Cuando Gilad llevaba más de un mes en manos de Hamas.

Han pasado casi cinco años. Gilad sigue en manos de Hamas, Ehud y Eldad volvieron a Israel. Muertos. Muchas cosas han pasado, pero poco ha cambiado. Una tregua, Sderot bajo el fuego de los qassam, atentados, una operación contra Hamas, la reconciliación entre Fatah y Hamas, informes sesgados, la ONU, secuestros en Gaza, flotillas pseudo-pacifistas…

Lo que nos hizo abrir este blog en ese momento, fue notar que no recibíamos información sobre lo que pasaba en Israel. Empezamos a traducir noticias, a escribir crónicas basándonos en la información que recogíamos de fuentes de todo el mundo.

Después la calma, después otras luchas en otros lugares. Nos volvimos más críticos, más pesimistas.

Pero seguimos aquí, y pensamos, que pese a quien pese, Israel seguirá existiendo. Y seguiremos peleando, para que eso sea así.

martes, 26 de octubre de 2010

Contraproducente?

Tengo una vieja amiga, es proisraelí de pro, dura en el debate, mujer llena de datos y argumentos, con un mal genio reconocido, defensora a ultranza del derecho de Israel de existir, de defenderse, de ser tratado como todos los países de la faz de la tierra. Peleona como pocas, esta Leona del Negev, apodo que se ganó a pulso tras miles de debates encarnizados, participante de mil foros, y colaboradora de varios blogs,... me llamó el otro día.

“Lo he dejado”. Me dijo. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, ¿la Leona del Negev había dejado de creer en Israel? ¿Era eso posible?

Mi querida Leona, que siempre ha tenido algo de adivina, me leyó la mente. “No me refiero a eso. Lo he dejado, son imposibles. Defender a Israel, dialécticamente, es imposible. La gente no quiere escuchar. Es un desgaste absoluto. No importa cuánta información les pongas delante de las narices, se niegan a mirar. Como mucho, pasas a la lista de fachas que se han fabricado”.

Y tiene razón. Ser proisraelí es agotador. Más agotador, si cabe, que defender los derechos humanos en Gaza sin estar bajo el amparo de Hamas.

La Leona seguía, “¿Sabes por qué lo dejo? Porque creo que soy contraproducente. No escuchan, no leen, no miran y todo lo que viene de mi acaba contaminado por la imagen que tienen de mí. No creo que pueda ser útil a Israel de esta forma.”

Mi querida Leona, que es de izquierdas, tiene una extraña fe en el ser humano, es capaz de distinguir entre el fundamentalismo islámico y el Islam, no le tiene demasiado aprecio a Aznar y lleva seis años tragando quina, porque gobierna su país un hombre al que votó, (sólo la primera vez), un hombre de su partido, partido al que lleva votando desde que empezó a votar. Pero es una facha, porque defiende el derecho de Israel a ser tratado como un país más. Con las mismas ventajas, con los mismos derechos, con los mismos deberes.

Me confesó hace años, que pensaba que su vinculación emocional e ideológica a la izquierda española le permitiría poder defender a Israel, sin que hubiera sospechas de clientismo, o de seguidismo de la política americana. Pero se equivocó.

Como a ella, nos ha pasado a muchos. La defensa de Israel nos ha convertido en una especie de parias ideológicos. No importa si provenimos de la derecha o de la izquierda, si nos metemos en política o no. El hecho de defender a Israel nos ha convertido, gracias a la estupidez manifiesta de la izquierda occidental, en los herederos de los nazis. Y eso, me resulta el más grave de los insultos, un insulto inaceptable que no pienso tolerar.

Mi querida Leona decía, “¿sabes qué me hace gracia? Los mismos que defienden abiertamente al fundamentalismo islámico, llamándolo “pro-palestinismo” se quejan de la influencia de la Iglesia Católica en el país. Como si ambas cosas pudieran ser comparables, se han vuelto locos.” Debe ser que no han escuchado la última declaración que llega desde el Vaticano, una suma de tonterías políticamente correctas, recitadas para contentar a los musulmanes. Por supuesto, ningún tipo de condena o intento de defender a las comunidades cristianas amenazadas en los países musulmanes, y señores, el tema es serio.

Esa misma gente habla, sin ningún tipo de empacho, en unos términos completamente racistas y xenófobos sobre los árabes y/o musulmanes. Adornando una supuesta superioridad moral y/o histórica, con abundantes dosis de paternalismo barato. Occidente es la causa y responsable de todo. Desde el big bang, pasando por la desaparición de los dinosaurios, hasta la creación de los teletubbies.

Mi Leona del Negev, espero que no se lo tome a mal, me preguntó una última cosa antes de cortar el teléfono. “¿Crees que me he rendido?” La verdad, no supe que decirle. Pero, tengo la esperanza de que volverá a rugir.

domingo, 6 de junio de 2010

Hablando de deja vu

Cualquiera que haya osado en la última semana defender a Israel tras lo sucedido en el Mavi Marmara, estoy seguro de que tendrá unos cuantos deja vu al leer el artículo que robé (algo bastante habitual en mi, cuando veo un artículo que me gusta y que expresa ideas interesantes y puntos de vista en los que no había pensado) de Safed-Tzfat.

Me he pasado, la última semana, inmerso en una batalla dialéctica, en varios foros, contra los que creen que el linchamiento de soldados entra dentro del “Manual básico del buen pacifista”.


Siete tópicos contra Israel - Salvador Sostres - Artà - Mallorca
1. No ha sido una respuesta proporcional.
Este es el primer reproche siempre, pase lo que pase. Ninguna respuesta del Estadlo de Israel, desde su fundación, ha sido considerada proporcional. Este apasionante concepto: la proporcionalidad, como si se tratara de un partido de cricket, como si se tratara de empatar. Y luego, por supuesto, la pedantería europea de darle lecciones a todo el mundo.
2. Los palestinos sólo tienen piedras.
Para reforzar aún más la idea de desproporcionalidad, se insiste en la falsedad de la falta de recursos bélicos de los palestinos, como si en el fondo se deseara que tuvieran más munición para poder matar mejor. No es cierto que los palestinos sólo tengan piedras: sus vecinos árabes se encargan de armarlos convenientemente y de ahí que Israel se haya visto obligado a imponer el bloqueo. Como dijo Golda Meir, «podría entender que los árabes quieran borrarnos del mapa. Pero, ¿es que realmente pretenden que cooperemos con ellos en eso?»
3. Mira que siempre apoyo a Israel, pero esta vez ya no puedo más.
Lo gracioso de esta frase es que la gente que la dice, la dice cada vez.
4. Israel tiene derecho a existir dentro de unas fronteras seguras pero no a cualquier precio.
¿Y cómo conseguir una existencia pacífica cuando sus enemigos pagan cualquier precio para destruirlas? ¿Cómo conseguir esta existencia pacífica con terroristas que sienten más odio por Israel que aprecio por sus vidas? En una situación de permanente amenaza como la que vive Israel, de permanente amenaza de exterminio, ¿qué significa «no a cualquier precio»? ¿A partir de qué precio tiene Israel que sucumbir y dejarse eliminar?
5. Israel ve terroristas de Al-Qaeda en todas partes.
Después del 11-S, de los autobuses de Londres y de los trenes de Atocha, sorprende este nihilismo occidental de hablar del terrorismo islamista en tercera persona. Sí: en todas partes acecha la amenaza islamista, de un modo incluso más angustioso y sangriento que la amenaza comunista. Y con la única misión de destruir el mundo libre.
6. Israel está perdiendo todo su prestigio internacional.
Éste es uno de mis tópicos preferidos, he de reconocerlo. Israel sólo tuvo prestigio internacional en el Holocausto. Sólo entonces -sospechosamente- el mundo se apiadó de los judíos. Pero aparte de aquel momento tan brillante, ¿qué otro pueblo del mundo puede presumir, históricamente, de no haber sido nunca antisemita y de no haber perseguido jamás a los judíos? ¿Cuántos de estos pueblos se han disculpado por ello? ¿Y cuántos podrían asegurar que han borrado de raíz el antisemitismo de sus gobiernos y de sus corazones?
7. Parece mentira que un Ejército tan preciso y profesional como el de Israel haya necesitado matar a nueve personas.

Lo de las nueve personas se ha dicho en el caso concreto de la flotilla, pero el tópico es eterno y para cada ocasión se pone la cifra de bajas correspondiente. Es verdad que Israel tiene el mejor Ejército del mundo, pero también lo es que en una confrontación bélica nunca puedes saber lo que va a pasar y lo que vas a encontrarte. Y, sobre todo, hay que considerar que Israel no suele enfrentarse a un enemigo convencional sino a un tipo de terrorismo que usa escuelas y hospitales como bases militares, al que no le importa usar a la población civil de escudos humanos, y que mezcla armas con ayuda humanitaria y terroristas con cooperantes. Las guerras ya no son como antes. Pero algo en el fondo permanece inmutable. También lo dijo Golda Meir: «He dado expresas instrucciones, de ser avisada personalmente cada vez que caiga un soldado nuestro, así sea en medio de la noche. Cuando el presidente Nasser dé instrucciones de ser despertado en mitad de la noche cuando caiga un soldado egipcio, llegará la paz».

miércoles, 2 de junio de 2010

martes, 1 de junio de 2010

Pacifismo made in Spain

¿Alguien, no ha visto los videos que el ejército israelí ha subido a youtube, para explicar lo sucedido en el barco de bandera turca, de la flotilla de la Libertad? Son esclarecedores; tan esclarecedores, como los comentarios que los periodistas españoles vierten tras verlo.

En mi pequeño fanatismo (algo, de lo que se me ha acusado repetidas veces en las últimas horas, por negarme a creer a pies juntillas, que los malvados soldados israelíes entraron a matar a indefensos pacifistas dormidos) no acabo de encontrarle pacifismo, al uso de barras de hierro contra una persona tendida en el suelo. Por unas imágenes similares, protagonizadas por un hombre afroamericano llamado Rodney, se montaron los disturbios raciales más violentos del siglo pasado.

Uno se pregunta como el apaleamiento de un hombre (sí, los soldados israelíes son hombres por mucho que a algunos les cueste darse cuenta) con barras de hierro, se puede considerar “pacifismo”. ¿Alguien se ha leído una cita en la que Gandhi abogara por el uso de la barra de hierro como símbolo de la no-violencia y se ha olvidado de pasármela? ¿El Diccionario de la RAE ha cambiado el significado de pacífico y pacifismo?

Por cierto, hablando de la definición de pacifismo, resulta que la RAE define pacifismo como un movimiento que busca la paz entre los países, así que, ¿puede explicarme alguien como un grupo posicionado completamente a favor de una parte de un conflicto y en contra del otro, puede pretender: “la paz entre ambas”?

Por si alguien no lo sabe, la flotilla de la libertad no consideraba tener un hueco dentro de su militante pacifismo para entregar al soldado israelí que lleva CUATRO AÑOS SECUESTRADO POR HAMAS, una carta de sus padres que no saben nada de él desde hace meses.

Tampoco tiene hueco para condenar a la Hamas que hace una semana daba un ultimátum “a esos que ya saben lo que son” para entregarse o recibir el castigo merecido. ¿Desde cuando está el pacifismo a favor de la pena de muerte o de la persecución de los opositores?

Bueno, siempre les queda el recurso de llamar a los opositores al régimen de Hamas en Gaza, colaboradores de Israel, y así… lo siento, pero ni así consigo creerme que el pacifismo, por muy retorcido que se vuelva, pueda defender la ejecución y tortura de disidentes políticos.

Para los que creen que el ejército israelí entró en un barco y disparó contra pacifistas dormidos, nada mejor que ver el video del IDF que muestra como los pacifistas –despiertos, por si cabía alguna duda–, apalean a varios soldados usando barras de hierro.

Indiscutiblemente, hay más. La flotilla constaba de seis barcos, no hubo incidentes violentos en ninguno de los otros barcos, –parece, que los pasajeros de las otras embarcaciones, tenían un concepto bastante más “normal” de lo que es pacifismo; y consideraron que el uso de barras de hierro, cuchillos y armas de fuego no se podía considerar pacífico–.

Por si alguien duda, de la intención de los pasajeros del barco asaltado, sólo debe recordar –hay pruebas de eso, fue radiado por la radio del ejército israelí–, fueron avisados DOS HORAS ANTES, de que no iba a permitirse que pasaran a aguas territoriales israelíes, y que iban a ser detenidos.


Visto que ser pacifista significa acuchillar por la espalda, apalear con barras de hierro, no sé si declararme pacifista y explicar mi “doctrina” con una navaja en la otra mano. Pero siendo sinceros, nunca me han gustado las modas, y menos aún… el falso pacifismo. Así que… por hoy, se libran.

miércoles, 27 de enero de 2010

¿Shoá?

La liberación de Awschwitch.¿ Quién no la recuerda? Europa mira una vez más al corazón de sus entrañas, al origen de la barbarie. Europa de nuevo, se humilla (o por lo menos, lo intenta) ante el recuerdo de millones de víctimas inocentes. Europa recuerda la Shoá. ¿Es necesario recordar?

En España hacemos gala de un enorme respeto por el recuerdo. Pero las heridas abiertas nos dejan muchas veces estupefactos y horrorizados, por lo que miles de voces llaman una y otra vez a que esa herida sea cosida para siempre.

La Shoá es otra cosa. Cierto que todos los muertos son respetables y que cada guerra esconde sus vergüenzas en fosas comunes... demasiado comunes. Pero el Holocausto fue una guerra diferente. No se trataba de luchar contra los aliados, contra los comunistas o contra otros tantos enemigos que el régimen Nazi y sus afines tenían en su lista negra. Al menos no sólo eso. El plan de exterminio, el plan de limpieza aria estaba destinado a borrar del mapa a gente que no había cogido un fusil en su vida. Judíos, gitanos, homosexuales... no estaban en ningún ejército, no estaban en guerra con el Eje, a menos que las palabras sean una forma de guerra (Bendita sea esa guerra pues). De ellos destaca un número de horror y vergüenza. 6.000.000.

¿El pueblo judío? Dónde estaban los tanques israelíes?, ¿dónde estaban los valientes soldados del Tzahal? ¿dónde los defensores del Kibbutz? Israel era aún una entelequia al viento, un sueño de unos pocos locos que con el tiempo demostraron ser los más cuerdos. No eran pocos los judíos que hablaban de Alemania como la civilización, una de la que estaban muy orgullosos de pertenecer. Cuantas ideas sobre el desarrollo del sionismo tenían como lengua vehicular la lengua y cultura germana, y no ese anticuado y moribundo hebreo que unos cuantos idealistas querían resucitar. Quizás aún no se le había olvidado de dónde venían.

Europa debe recordar. Europa debe tener muy claro cada vez que se enfrente al drama palestino, que hubo gente allá por el año 48 que con una mano delante y otra detrás levantaron una nación sin una UMRWA a la que llorar. Una nación que aún después de haber sido humillada, torturada y asesinada aún pedía paz a los que en su día fueron los aliados de Hitler, a los palestinos de entonces, o habitantes árabes de la baja Siria. Lo demás no importaba. Importaba tener un lugar para vivir o para morir. Un hogar.

Europa no debe olvidar. La banalización del Holocausto nos sacude cada año e infecta conciencias que antes teníamos por bienpensantes. Atacando por el flanco del negacionismo pro-palestino (sutil y "pacífico") y el negoacionismo Ahmanideyadista (más directo y al grano), la conciencia occidental se alimenta de ideas basura que progresivamente escupen más bilis sobre las tumbas de la Shoá.

Hoy, el Holocausto y los muertos palestinos (sólo los palestinos) están al mismo nivel .Mañana,la Shoá será sólo una de tantas leyendas. Da igual que los dos casos sean descaradamente diferentes. Eso es lo de menos. "Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" como señalaría el innombrable Goebbles y que Orwell aplicaría en su tan conocida obra 1984.

Quizás Europa no deba recordar. Quizás ya no hay nada que recordar y se ha alcanzado el punto de no retorno en la senda del olvido. Pero aún cuando el alzeimer ideológico asesine nuestras neuronas, un país entero recordará por nosotros. El Estado de Israel sigue hoy en pie, como cicatriz de nuestro pasado. Como antídoto para nuestra amnesia presente y futura. Hasta entonces, con las neuronas que aún nos queden gritaremos: ¡Nunca Olvidaremos!

Tails