¿De qué va esto?

Esto es un blog pro-Israeli.

Lo creamos hace ya casi cinco años, en los albores de la operación Litani, tras el secuestro de Ehud y Eldad. Cuando Gilad llevaba más de un mes en manos de Hamas.

Han pasado casi cinco años. Gilad sigue en manos de Hamas, Ehud y Eldad volvieron a Israel. Muertos. Muchas cosas han pasado, pero poco ha cambiado. Una tregua, Sderot bajo el fuego de los qassam, atentados, una operación contra Hamas, la reconciliación entre Fatah y Hamas, informes sesgados, la ONU, secuestros en Gaza, flotillas pseudo-pacifistas…

Lo que nos hizo abrir este blog en ese momento, fue notar que no recibíamos información sobre lo que pasaba en Israel. Empezamos a traducir noticias, a escribir crónicas basándonos en la información que recogíamos de fuentes de todo el mundo.

Después la calma, después otras luchas en otros lugares. Nos volvimos más críticos, más pesimistas.

Pero seguimos aquí, y pensamos, que pese a quien pese, Israel seguirá existiendo. Y seguiremos peleando, para que eso sea así.

lunes, 29 de enero de 2007

Juicio a Katsav

El juicio al presidente de Israel, Moshe Katsav jefe del estado israelí, ha puesto varios temas sobre la mesa. El primero ya lo apuntaba en su momento Golda Meir cuando se lamentaba diciendo «Siempre pensé que un Estado judío, estaría libre de las lacras que afligen a otras sociedades: robos, asesinatos, prostitución. Ahora veo que lo tenemos todo, y eso lacera el corazón» (En entrevista a Oriana Falacci, abril de 1973).

Está clara la vigencia de esa frase cuando nos encontramos con el hecho de que se va a juzgar a Katsav por abusar de su influencia para lograr favores sexuales. Como le pasó a Clinton en su momento parece que la opinión pública israelí se le ha echado encima por mentir. Claro que los delitos de los que se acusaba a uno y otro no son comparables. A uno se le acusaba de ser un adultero, al otro se le acusa de obligar a varias mujeres de su oficina a acostarse con él.

Sin embargo, Golda Meir puede estar en parte tranquila, basta con ver la actitud con la que la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, al serle recordado cínicamente y con sorna que el aún presidente de Israel tiene trapos sucios recordó al periodista que al menos “Israel los lava”.

El segundo tema es la necesidad o no de la figura del presidente como jefe de Estado, un cargo más bien ornamental creado para evitar que las desavenencias de Weizmann y Ben Gurion complicaran aún más el nacimiento del estado de Israel. Weizmann se convirtió en el primer Presidente y Ben Gurion en Primer Ministro. El cargo de presidente de Israel tuvo entre sus ilustres posibles a Einstein, que lo rechazó.

El tercer tema es la sucesión. Se han abierto encuestas buscando el pulso de la sociedad israelí preguntando quien debería ser el Presidente de Israel, y dos nombres aparecieron al principio con fuerza, uno es el conocido político israelí Simon Peres, premio Nobel de la Paz junto a Rabin, y el también premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel.

En las últimas semanas el nombre de Wiesel ha perdido fuerza, y se habla de Israel Lau (Gran Rabino de Tel Aviv) o Reuven Rivlin (portavoz del Likud en el parlamento israelí). A estos dos nombres se unen los de Binyamin Ben-Eliezer (del partido Laborista) y Meir Shamgar (Presidente de la Corte Suprema).

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