El tiempo pasa, y el horror persiste. Hoy hace 62 años que el Ejército Rojo llegó a las puertas del campo de exterminio de Auschwitz. Las imágenes de lo que encontraron dieron la vuelta al mundo.
Sobre la puerta de hierro, un letrero escrito en alemán “Arbeit macht frei” (el trabajo os hará libres), deberían haber escrito algo así “Willkommen zur Hölle” (Bienvenido al infierno), más allá de esas puertas había cadáveres vivientes, fosas comunes, y horror, mucho horror…
Se han escrito miles de artículos, libros, se han hecho películas, documentales, cortometrajes, e incluso se han compuesto canciones (los tangos de la muerte, o la letra de “el pianista de Varsovia” cantada por Becaud)... sobre el tema. Y aún parecen insuficientes.
Desgraciadamente cada día que pasa parece más importante restarle importancia al hecho en sí. Se banaliza
Se acusa a los judíos de instrumentalizar
Incluso los más benevolentes afirman que el Ghetto de Varsovia, con el ya legendario Mordejai Anielevich a la cabeza, fue el único acto de resistencia de la comunidad judía europea perseguida por Hitler. Pero eso no es cierto, los judíos no se dejaron llevar como corderos al matadero, sin luchar. Fueron miembros de la resistencia, tanto francesa como de Europa del Este; miembros voluntarios de los ejércitos aliados: británico, americano, francés en el exilio,… Se sublevaron en lugares como Treblinka, Sobibor, el ghetto de Vilna,… y tantos otros… E incluso, en el Horror con mayúsculas, en AUSCHWITZ, lograron la voladura de uno de los hornos crematorios.
El Kiddush Ha Hayyim (Santificar la vida) sustituyó al Kiddush HaShem, (santificar a D’s) porque como en palabras del rabino Itzak Nissebaum “Es el momento del Kiddush Ha Hayyim, no del Kiddush HaShem por la muerte. Antiguamente nuestros enemigos exigían nuestras almas y los judíos sacrificaban sus cuerpos para santificar el nombre de D’s. Ahora nuestro enemigo pide nuestros cuerpos, esto hace que los judíos tengan que defenderlo y protegerlo”. Y así el rabino Nissebaum animaba a los judíos del ghetto de Varsovia a hacer todo lo posible para salvar sus propias vidas.
El rabino Fackenheim descubrió un nuevo mandamiento: Sobrevivir como judío. El rabino Greenberg reflexionaba: “hablar de la naturaleza de D’s es ridículo en presencia de un niño que está siendo quemado. El único comportamiento apropiado es saltar al fuego y sacar al niño”.
Sería maravilloso que conmemorar este día no fuera necesario, pero Ruanda, Darfur, Kosovo, Bosnia, Camboya, Siberia, Indonesia… nos hablan de su vigencia.
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