Después de un año la familia de Gilad Shalit ha oído su voz en una cinta de audio. Con la duda de si era realmente él, y con la preocupación por lo dicho en la cinta, dijo que no se encontraba bien de salud y que iba a necesitar una larga hospitalización, mientras que Hamas aseguró que se encontraba bien y que se le trataba según los preceptos de la religión islámica. ¿Con
Lo que no me ha sorprendido es como ha recogido la prensa española la noticia. Dar credibilidad a las palabras de Shalit en lo concerniente al mensaje político que dio es algo más que ridículo, no deja de demostrar la falta de objetividad y lo que es peor de razocinio de la prensa española, que no deja de lucirse en esa serie de artículos de opinión a los que llaman “información”. Shalit lleva un año en manos de sus captores, ¿alguien cree realmente que puede haber libertad en las palabras de Shalit? Su vida depende de los mismos que asesinaron a sus dos compañeros. Y Shalit conoce el destino de otros secuestrados. O desaparecer sin dejar rastro, como Ron Arad del que nada se sabe con seguridad desde 1986, o Zachary Baumel, Yehuda Katz y Tzvi Feldman desaparecidos desde 1982, o Guy Hever desparecido en 1997 en los Altos del Golan; o morir asesinado como fue en el caso de Nachshon Wachsman que fue secuestrado en 1994 por Hamas. Hamas en ese momento amenazó con matarle si no eran liberados el jeque Yassin y 200 presos palestinos. Murió asesinado durante un intento fallido de rescate.
Lo que no sabemos es si Shalit conoce el destino de quien fue durante un par de días compañero de infortunio en los noticiarios israelíes, Eliyahu Asheri de 18 años, secuestrado mientras hacía autostop camino de casa. Los secuestradores amenazaron con matarle si Israel no paraba la operación lanzada contra Gaza para encontrar a Shalit, pero para entonces hacía horas que le habían asesinado. Llegaron a amenazar con degollarle en directo por televisión.
El otro secuestrado famoso de Gaza, el periodista de
Mientras tanto Olmert ha decidido que Fatah es mejor que Hamas y se ha ofrecido a pasarles dinero, soltar a presos, y a comportarse como un buen vecino. A Olmert se le ha debido olvidar que el intento de secuestrar a otro soldado israelí no hace tanto, fue cometido entre otros por los Mártires de Al-Aqsa, uno de los brazos armados de Fatah (es que Fatah tiene muchos brazos).
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