En la mañana del 5 de junio de 1967, una escuadrilla de aviones israelíes volando a baja altura tomaba por sorpresa a la aviación egipcia y la destruía en el suelo. Esta acción militar preventiva contribuyó a salvar a Israel de lo que Abdul Rahman Aref, presidente del Irak, había definido apenas algunos días antes como "nuestra ocasión... de borrar a Israel del mapa". Sin embargo, cuarenta años más tarde, el éxito de Israel es ampliamente considerado como una victoria "pírrica" - "una calamidad tanto para el estado judío como para sus vecinos", según un editorial reciente de The Economist.
¿Qué alternativa existía?
La guerra de los Seis Días se considera como el eje alrededor del cual se articula la historia moderna del Oriente Medio, la época donde la cuestión palestina deviene central y donde Israel cesa de ser el David del conflicto para convertirse en el Goliath. Esta lectura de la historia tiene la ventaja de proponer una prescripción política, en forma de receta médica, del estilo: Volved al status quo de antes del 5 de junio, concluid un acuerdo de paz, y los problemas que han surgido después desaparecerán más o menos. En todo caso, es en ese sentido por donde va la reflexión.
Lo que es sorprendente, sin embargo, es que todos los acuerdos de paz - con Egipto en 1993, con Jordania y Marruecos en 1994 -, han sido concluidos a continuación de la guerra. El estado judío había conquistado los territorios; los estados árabes querían recuperarlos. Qué se puede decir más de la formula "paz por territorios", es extraño que las gentes que son sus más enérgicos abogados sean también habitualmente los mismos que deploran la aparente victoria total de Israel en 1967.
Los grandes acontecimientos tienen la virtud de remodelar no solamente las perspectivas de futuro, sino igualmente nuestra comprensión del pasado, habitualmente en beneficio de la claridad. "Por qué duerme Inglaterra", era una cuestión que convenía plantear a Gran Bretaña a mediados de los años 30, pero que adquirió todo su sentido después del 1 de septiembre de 1939.
Por contra,
- Hoy se dice a menudo que
- También se dice que esta guerra de 1967 ha inaugurado la era del terrorismo moderno, pasando el mundo árabe de una estrategia de confrontación convencional con Israel a una serie de ataques "no convencionales". Sin embargo, centenas de israelíes ya habían sido asesinados por raids de feddayins en el curso de los 19 años de existencia de Israel.
- Se argumenta que el movimiento palestino ha nacido de la ocupación de Gaza y Cisjordania por Israel. Sin embargo,
- Se concluye que Israel ha gozado de una legitimidad internacional en tanto que ha vivido en el interior de unas fronteras reconocidas. Sin embargo, esas fronteras no eran menos provisionales antes de 1967 que a continuación. De hecho, es a partir de
La niebla recubre también las memorias de la inmediata post-guerra. De creer en ciertos informes, si Israel hubiera estado más avispado, habría hecho seguir su victoria histórica de conversaciones de paz que habrían ahorrado a todo el mundo las complicaciones sangrientas de su ocupación del Sinai, de Gaza, de Cisjordania y de los Altos del Golan. O, también habría podido resistir la atracción de construir implantaciones en los territorios conquistados para no complicar una cesión de territorios a cambio de la paz.
De hecho, el 19 de junio de 1967, el gabinete israelí da su acuerdo a devolver el Sinai a Egipto y el Golan a Siria, a cambio de acuerdos de paz. Pero en septiembre del mismo año,
Es verdad que esta guerra hizo perder amigos a Israel en el mundo.
El "pueblo seguro de sí y dominador" fue la memorable "definición" de Charles de Gaulle cuando anunció, en noviembre de 1967, que Francia no proporcionaría más equipamiento militar a Israel. Así eran los primeros amigos del estado judío.
Por contra, Israel hizo nuevos amigos. Los Estados Unidos, cuya política oficial durante la guerra de 1967 fue ser "neutro en pensamiento, palabra y acción", ya no reivindicará más esa postura, hecho que marcará la diferencias, cuando estalle
Decenas de millares de judíos norteamericanos y europeos inmigraron a Israel desde 1967, percibiendo que ese no era un país al borde de la extinción. Los cristianos evangélicos se convirtieron también en sólidos amigos de Israel, causando una extensión del respaldo político en el sostén americano, más allá del núcleo de los demócratas judíos, tradicionalmente estrecho.
Nada de todo eso quiere decir que
Cuando el sol se levantó, el 5 de junio de 1967, Israel era aún un país miserable y vulnerable que, jugándose todo a su supervivencia, lanzó el ataque militar más audaz del siglo XX. Hoy es infinitamente más rico y poderoso, seguro de su alianza con los Estados Unidos y capaz de hacer unas concesiones que eran inconcebibles hace cuarenta años. Sí tales fueron, para Israel, los frutos de su "victoria pírrica", le son necesarias aun otras del mismo genero.
tomado de Safed Tzfat
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