Un día después de que un grupo de líderes Musulmanes prometiera lealtad a Australia y su Reina, en un encuentro especial con el primer ministro John Howard, él y sus Ministros hicieron prometer a los extremistas que afrontarían las medidas necesarias. El ministro de economía Peter Costello, visto comoel heredero forzoso de Howard, hizo alusión a que podrían pedir a algunosclérigos radicales que dejaran el país, si ellos no aceptan que Australia es un estado secular, y sus leyes fueron hechas por el Parlamento. "Si esos no son sus valores, si quieren un país con la ley de la Sharia o un estado teocrático, entonces Australia no es para ustedes", declaró en la televisión nacional.
"Yo le he dicho a los clérigos que hay dos leyes para la clase gobernante en Australia: una es la ley australiana, y otra la ley Islámica, que aquí no tiene validez. Si no están de acuerdo con la ley parlamentaria, con los tribunales independientes, con la democracia, y prefieren la Sharia, y tienen la oportunidad de ir a otro país, donde se aplica esta ley, quizás, entonces, sea ésta una mejor opción", dijo Costello.
Preguntado sobre si se piensa forzar a los clérigos radicales a marcharse, dijo que posiblemente podrían pedir a aquéllos con doble nacionalidad que se marchen a otro país.
El ministro de educación Brendan Nelson, más tarde, dijo a los reporteros que los musulmanes que no quieran aceptar los valores locales deberían irse.
"Básicamente, la gente que no quiera ser australiana, y que no quiera vivir según los valores australianos y entenderlos, puede irse".
Por otro lado, Howard enfadó a algunos musulmanes australianos el miércoles, al dar su apoyo a las agencias de espionaje que supervisan las mezquitas nacionales. Dijo: "Los INMIGRANTES, NO AUSTRALIANOS, DEBEN ADAPTARSE. Tómenlo o déjenlo. Estoy harto de que en esta nación preocupe si ofendemos a algún individuo o a su cultura. Desde que los terroristas nos atacaron en Bali, hemos experimentado una oleada depatriotismo por parte de la mayoría de los australianos.
Sin embargo, el polvo de los ataques apenas había desaparecido cuando lopolíticamente correcto se volvió a dejar ver y la muchedumbre comenzó a quejarse de la posibilidad de que nuestro patriotismo ofenda a otros. No estoy contra la inmigración, y tampoco guardo rencor a alguien que busca una vida mejor viniendo a Australia.
Hay cosas que los que recientemente han venido a nuestro país y, al parecer, algunos nacidos aquí, tienen que entender. La idea de Australia como comunidad multicultural ha servido sólo para diluir nuestra soberanía y nuestra identidad nacional. Como australianos, tenemos nuestra propia cultura, nuestra propia sociedad, nuestra propia lengua y nuestro propio modo de vivir. Esta cultura ha sido desarrollada en más de dos siglos de luchas, juicios y victorias por parte de los millones de hombres y mujeres que han buscado la libertad en este país. Hablamos principalmente el INGLES, no el libanés, el árabe, el chino, el japonés, el ruso, o cualquier otra lengua. ¡Por lo tanto, si desea formar parte de nuestra sociedad, aprenda la lengua!
La mayor parte de los australianos creen en Dios. Esto no es cosa de algún cristiano derechista, sino que es una realidad. Hombres y mujeres cristianos fundaron esta nación sobre principios cristianos, y esto está claramente documentado. Así que es ciertamente apropiado enseñarlo así en las paredes de nuestras escuelas. Si Dios le ofende, entonces le sugiero que considere otra parte del mundo como su nueva casa, porque Dios es parte de nuestra cultura"
"Aceptaremos sus creencias, y no le haremos preguntas. Pero daremos por hecho que usted acepta las nuestras, y vive en paz y armonía con nosotros.
Si la Cruz le ofende, o no le gusta, entonces debería considerar seriamente marcharse a otra parte de este planeta. Somos felices con nuestra cultura y no tenemos ningún deseo de cambiarla, y realmente no nos preocupa cómo hacía usted las cosas en su lugar de procedencia. Le cueste lo que cueste, mantenga su cultura, pero no fuerce a otros. Este es NUESTRO PAÍS, NUESTRA TIERRA, Y NUESTRO MODO DE VIVIR, y le permitiremos la oportunidad de disfrutar de todo esto. Pero una vez que usted se queje, lloriquee, y no acepte Nuestra bandera, Nuestra promesa, Nuestras creencias cristianas, o Nuestro modo de vivir, sinceramente le animo a hacer uso de otra gran libertad australiana: 'EL DERECHO A MARCHARSE'.
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