Un escándalo se destapó a través de Internet, un bloggista descubrió que al menos uno de los fotógrafos de Reuters había utilizado photoshop para “arreglar” unas fotos del conflicto entre Israel y Hezbollah. Esa noticia que corrió como la pólvora fue alimentada después por el trabajo de otros bloggistas que encontraron más de una foto sospechosa de haber sido retocada por photoshop. A eso se unió un video de una televisión alemana que mostraba como se había hecho el reportaje sobre Qana. Con un maestro de ceremonias y un juego macabro con los cadáveres. Pero la cosa no se quedó en un único periodista, ni en una única foto, todo Reuters quedó bajo el punto de mira porque estaba claro que o el sistema no había funcionado o se la habían dejado colar a conciencia.
El debate de si Reuters había perdido o no credibilidad no llegó a España, sólo algunos internautas llegaron a enterarse.
Este es un artículo publicado hace siete meses explicando detalladamente el escándalo que tambaleó a una de las agencias de noticias más importante del mundo.
Reuters como síntoma
Michelle Malkin
Reuters puede retirar unas cuantas fotografías, pero no puede retirar las dudas constantes sobre la capacidad de los medios norteamericanos de cubrir esta guerra sin sus gafas distorsionadoras. "¿A qué viene el follón por algo de humo retocado?" Esa parece ser la postura imperante entre los elitistas irritados por los bloggers que descubrieron el burdo photoshopeado de un fotógrafo de Reuters hace una semana. El cámara, un prolífico periodista freelance libanés y cronista de Hezbolá llamado Adnán Hajj, fue despedido.
Pero el nubarrón de la invención de noticias de falsificación fotográfica y simpatía jihadista, y toma fraudulenta de fotografías en Oriente Medio pende sobre el periodismo norteamericano con mayor contundencia que nada que Hajj pudiera inventar.
Charles Johnson, de littlegreenfootballs.com, que ya fue importante a la hora de dejar en evidencia los memorandos falsificados de la Guardia Nacional que hicieron caer en desgracia a CBS News y Dan Rather durante las elecciones presidenciales del 2004, encabezó un Ejército de Cazaembusteros que descubrió el clonado digital hecho por Hajj de las nubes de humo sobre el escenario de bombardeos de Beirut. El Jawa Report, otro blog de la Guerra contra el Terror, diseccionaba una segunda fotografía de Hajj en la que clonaba la estela de humo de un señuelo en una imagen de un caza israelí F-16 sobre los cielos del Líbano. Un pie de foto de Reuters identificada falsamente las llamas manipuladas como "misiles durante un ataque aéreo contra Nabatiyeh". Mi página de noticias en vídeo, HotAir.com, continúa siguiendo los últimos avances.
La brigada de expertos gráficos de Internet identificó inmediatamente la técnica obvia de Photoshop utilizada en las columnas de humo de Hajj conocida como la herramienta de clonado. También es conocida como herramienta de difuminado, encajando en un servicio de noticias que parece haber dejado su huella maquillando la propaganda pro-Hezbolá. En la práctica, el día después de que Reuters retirase aprisa y corriendo las fotografías alteradas, el servicio de información culpaba falsamente a las Fuerzas de Defensa de Israel de bombardear una comitiva funeraria, según Arutz Sheva.
Hajj proporcionó la que quizá es la excusa más estúpida de la historia del fotoperiodismo para la manipulación de sus fotografías –desde la racionalización "falsificado pero cierto" de Dan Rather– diciendo a sus jefes que le habían pillado intentando "quitar marcas de polvo y que había cometido errores debido a las malas condiciones lumínicas bajo las que trabajaba". Entre sus otras muchas fotos de dudosa verosimilitud: varias imágenes propias de un reportero empotrado en Hezbolá, un Corán ardiendo artísticamente y una fotografía icónica de un niño muerto paseado por Qana por porteadores desconocidos.
Ahora habrá que prestarle atención al ruido, la racionalización y los intentos de asesinar al mensajero procedentes de la élite periodística. Les escuchará quejarse de esa multitud de bloggers sedientos de sangre. Verá editores de los grandes medios cerrar filas en torno a Reuters y despreciar esta debacle como un hecho aislado. Adnán Hajj, el nuevo Jayson Blair/Mike Barnicle/Janet Cooke/Mary Mapes/Walter Duranty internacional, terminará con un contrato literario y un empleo en Al Jazira. Los veteranos de los medios esperan que su apatía profesional vaya reduciendo la polémica como levadura de cocina en la sartén. Después de todo, ya son "noticias antiguas".
En cierto sentido, están en lo cierto. Ya sea a causa de torpeza, vagancia, incompetencia o prejuicios ideológicos, los periodistas norteamericanos han sido engañados o algo peor, por los propagandistas jihadistas durante décadas. Apenas hace un par de semanas, una editora fotográfica del New York Times hablaba incoherentemente acerca de la imagen de su fotógrafo Joao Silva de unos francotiradores del ejército de al-Sadr apostados en una ventana disparando contra tropas norteamericanas. "Increíble valor", pontificaba. No está claro si hablaba del fotógrafo o del terrorista.
Associated Press no ha respondido a mis continuas preguntas acerca de uno de sus periodistas freelance iraquíes, Bilal Hussein, que fue detenido por el ejército norteamericano en abril tras ser sorprendido en un edificio de Ramadi con un escondrijo con armas, según mis fuentes. Hussein formó parte de un equipo fotográfico de AP ganador de un Pulitzer. Desde la falsa "masacre" de Jenin, hasta las acusaciones inventadas contra Israel en los disparos contra el niño palestino Mohammed al-Durá, pasando por la diseminación de producciones terroristas de vídeo "Pallywood" y al falso etiquetado de la ejecución de los reclutadores chiíes en un estadio deportivo de Haditha como víctimas de los Marines americanos, la reuterización del periodismo de guerra va más allá de Reuters.
Reuters puede retirar unas cuantas fotografías, pero no puede retirar las dudas constantes sobre la capacidad de los medios norteamericanos de cubrir esta guerra sin sus gafas distorsionadoras. La blogosfera puede ayudar a limpiar el humo falso. Sólo los propios medios pueden apagar el tóxico fuego.
El debate de si Reuters había perdido o no credibilidad no llegó a España, sólo algunos internautas llegaron a enterarse.
Este es un artículo publicado hace siete meses explicando detalladamente el escándalo que tambaleó a una de las agencias de noticias más importante del mundo.
Reuters como síntoma
Michelle Malkin
Reuters puede retirar unas cuantas fotografías, pero no puede retirar las dudas constantes sobre la capacidad de los medios norteamericanos de cubrir esta guerra sin sus gafas distorsionadoras. "¿A qué viene el follón por algo de humo retocado?" Esa parece ser la postura imperante entre los elitistas irritados por los bloggers que descubrieron el burdo photoshopeado de un fotógrafo de Reuters hace una semana. El cámara, un prolífico periodista freelance libanés y cronista de Hezbolá llamado Adnán Hajj, fue despedido.
Pero el nubarrón de la invención de noticias de falsificación fotográfica y simpatía jihadista, y toma fraudulenta de fotografías en Oriente Medio pende sobre el periodismo norteamericano con mayor contundencia que nada que Hajj pudiera inventar.
Charles Johnson, de littlegreenfootballs.com, que ya fue importante a la hora de dejar en evidencia los memorandos falsificados de la Guardia Nacional que hicieron caer en desgracia a CBS News y Dan Rather durante las elecciones presidenciales del 2004, encabezó un Ejército de Cazaembusteros que descubrió el clonado digital hecho por Hajj de las nubes de humo sobre el escenario de bombardeos de Beirut. El Jawa Report, otro blog de la Guerra contra el Terror, diseccionaba una segunda fotografía de Hajj en la que clonaba la estela de humo de un señuelo en una imagen de un caza israelí F-16 sobre los cielos del Líbano. Un pie de foto de Reuters identificada falsamente las llamas manipuladas como "misiles durante un ataque aéreo contra Nabatiyeh". Mi página de noticias en vídeo, HotAir.com, continúa siguiendo los últimos avances.
La brigada de expertos gráficos de Internet identificó inmediatamente la técnica obvia de Photoshop utilizada en las columnas de humo de Hajj conocida como la herramienta de clonado. También es conocida como herramienta de difuminado, encajando en un servicio de noticias que parece haber dejado su huella maquillando la propaganda pro-Hezbolá. En la práctica, el día después de que Reuters retirase aprisa y corriendo las fotografías alteradas, el servicio de información culpaba falsamente a las Fuerzas de Defensa de Israel de bombardear una comitiva funeraria, según Arutz Sheva.
Hajj proporcionó la que quizá es la excusa más estúpida de la historia del fotoperiodismo para la manipulación de sus fotografías –desde la racionalización "falsificado pero cierto" de Dan Rather– diciendo a sus jefes que le habían pillado intentando "quitar marcas de polvo y que había cometido errores debido a las malas condiciones lumínicas bajo las que trabajaba". Entre sus otras muchas fotos de dudosa verosimilitud: varias imágenes propias de un reportero empotrado en Hezbolá, un Corán ardiendo artísticamente y una fotografía icónica de un niño muerto paseado por Qana por porteadores desconocidos.
Ahora habrá que prestarle atención al ruido, la racionalización y los intentos de asesinar al mensajero procedentes de la élite periodística. Les escuchará quejarse de esa multitud de bloggers sedientos de sangre. Verá editores de los grandes medios cerrar filas en torno a Reuters y despreciar esta debacle como un hecho aislado. Adnán Hajj, el nuevo Jayson Blair/Mike Barnicle/Janet Cooke/Mary Mapes/Walter Duranty internacional, terminará con un contrato literario y un empleo en Al Jazira. Los veteranos de los medios esperan que su apatía profesional vaya reduciendo la polémica como levadura de cocina en la sartén. Después de todo, ya son "noticias antiguas".
En cierto sentido, están en lo cierto. Ya sea a causa de torpeza, vagancia, incompetencia o prejuicios ideológicos, los periodistas norteamericanos han sido engañados o algo peor, por los propagandistas jihadistas durante décadas. Apenas hace un par de semanas, una editora fotográfica del New York Times hablaba incoherentemente acerca de la imagen de su fotógrafo Joao Silva de unos francotiradores del ejército de al-Sadr apostados en una ventana disparando contra tropas norteamericanas. "Increíble valor", pontificaba. No está claro si hablaba del fotógrafo o del terrorista.
Associated Press no ha respondido a mis continuas preguntas acerca de uno de sus periodistas freelance iraquíes, Bilal Hussein, que fue detenido por el ejército norteamericano en abril tras ser sorprendido en un edificio de Ramadi con un escondrijo con armas, según mis fuentes. Hussein formó parte de un equipo fotográfico de AP ganador de un Pulitzer. Desde la falsa "masacre" de Jenin, hasta las acusaciones inventadas contra Israel en los disparos contra el niño palestino Mohammed al-Durá, pasando por la diseminación de producciones terroristas de vídeo "Pallywood" y al falso etiquetado de la ejecución de los reclutadores chiíes en un estadio deportivo de Haditha como víctimas de los Marines americanos, la reuterización del periodismo de guerra va más allá de Reuters.
Reuters puede retirar unas cuantas fotografías, pero no puede retirar las dudas constantes sobre la capacidad de los medios norteamericanos de cubrir esta guerra sin sus gafas distorsionadoras. La blogosfera puede ayudar a limpiar el humo falso. Sólo los propios medios pueden apagar el tóxico fuego.
tomado de Ld
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