Los festejos del 60 aniversario de Israel y la conmemoración de los 60 años de
¿Por qué, por ejemplo, por lo menos desde "Oslo" fracasan una y otra vez todos los intentos de conciliación entre los dos pueblos? ¿Es posible que aquel acuerdo fuera un trauma que demostrara a las partes hasta qué punto no están preparadas para la paz? ¿Es suficiente con el hecho de que Estados Unidos quiera la paz entre ambas para perseguirla?
Desde la creación del estado, la izquierda israelí ha impulsado a sus líderes a conseguir acuerdos de paz con los árabes, casi a cualquier precio; impulsó a una "Paz Ahora", una paz en la que los nobles israelíes cederían ante los débiles árabes desde una posición de fuerza, una especie de "paz de los generosos". Según la izquierda, una vez firmada la paz con nuestros vecinos, su contenido será menos importante, ya que de cualquier manera el acuerdo se "enderezaría" a medida que avanzara. La izquierda veía sólo las posibilidades. Solía recordar tiempos pasados en Eretz Israel, en los que el judío vivía junto al árabe sin perturbaciones. También citaba otros momentos y otras regiones históricos del mundo, en las que decenas de años de horror culminaban con una paz verdadera. Se podría hacer la paz con los árabes, insistían en la izquierda, si sólo se hallara un líder audaz.
Del otro lado, la derecha dudó de casi cualquier plan de paz que surgiera. Estaba inmersa exclusivamente en el análisis de las verdaderas intenciones del enemigo; la derecha sólo veía los peligros que emanarían de los acuerdos al firmarse, y no estaba dispuesta a ceder en nada. Durante largos años la derecha ha rechazado todo acuerdo de paz, dado que "no se puede entregar partes de la patria".
Desde "Oslo" la derecha ha rechazado a los árabes como pueblo. La frustración por el no cumplimiento de los acuerdos y por el estallido de
Desde el fracaso de "Oslo", no se escucha casi a la izquierda, ni tampoco a la derecha. Es posible que tanto unos como otros hayan culminado su papel. El espacio que dejaron fue ocupado por los creyentes en un nuevo tipo de paz: la paz cínica.
Esta paz carece de un apoyo verdadero, ni en el lado israelí, ni en el palestino. Como mucho la elogiarán en los pasillos de
La paz cínica alcanzó nuestra la conciencia con el "Discurso de
Esa paz cree en el blindaje de las casas, de las escuelas y de los barrios como modo de vida. Incluso ve el refugio blindado como un medio generador de confianza. La paz cínica puede incluso sacrificar a una ciudad entera para que sirva de blanco en un campo de tiro.
Esa paz se centra en el firme deseo de contentar a todo precio al Tío Sam; es una paz de "foto-oportunidad", de palabras huecas, como: "Dos estados para dos pueblos, y que viven el uno junto al otro" (Bush), o: "
Se trata de un proceso febril y apurado, especialmente por los norteamericanos; un proceso cuyos impulsores están seguros de que las partes están maduras para la paz, pero no es así; es una paz que se empecina en ver a Abu Mazen y a Abu Alá como a unos dignos líderes palestinos, capaces de firmar un acuerdo de paz y también de cumplirlo, aunque sea en contra la opinión de la mayoría de los palestinos.
Esta paz cínica es igual que la "hudna" (alto el fuego) que propone el Hamás, es decir, no más que un paso táctico para preparar mejor las fuerzas del enemigo para un enfrentamiento futuro con Israel.
La pregunta a todas estas afirmaciones es siempre: ¿cuál es la alternativa? La izquierda solía decir: hay que alcanzar la paz, porque ¿hasta cuando se derramará la sangre? Y entonces resultó que una paz de cierto tipo no evitaba necesariamente el derramamiento de sangre. La derecha solía decir: no hay que creer en los árabes porque en el momento que lo hagamos se derramará sangre. Pero hoy se derrama sangre sin que hayamos dado nuestra confianza a la parte palestina.
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