¿De qué va esto?

Esto es un blog pro-Israeli.

Lo creamos hace ya casi cinco años, en los albores de la operación Litani, tras el secuestro de Ehud y Eldad. Cuando Gilad llevaba más de un mes en manos de Hamas.

Han pasado casi cinco años. Gilad sigue en manos de Hamas, Ehud y Eldad volvieron a Israel. Muertos. Muchas cosas han pasado, pero poco ha cambiado. Una tregua, Sderot bajo el fuego de los qassam, atentados, una operación contra Hamas, la reconciliación entre Fatah y Hamas, informes sesgados, la ONU, secuestros en Gaza, flotillas pseudo-pacifistas…

Lo que nos hizo abrir este blog en ese momento, fue notar que no recibíamos información sobre lo que pasaba en Israel. Empezamos a traducir noticias, a escribir crónicas basándonos en la información que recogíamos de fuentes de todo el mundo.

Después la calma, después otras luchas en otros lugares. Nos volvimos más críticos, más pesimistas.

Pero seguimos aquí, y pensamos, que pese a quien pese, Israel seguirá existiendo. Y seguiremos peleando, para que eso sea así.

domingo, 25 de mayo de 2008

¿Es por las fronteras?

¿Realmente el problema son las fronteras?

Frontera: Parte que forma el límite externo de algo... La línea o área fronteriza que separa las divisiones políticas.

A la administración Bush le gustaría que Israel y los palestinos convinieran una frontera de modo que todo lo demás - Jerusalén, los establecimientos, la “ocupación", los refugiados - lo que sea que pueda añadirse además. Esto presupone que los palestinos ven su conflicto con Israel como principalmente una disputa fronteriza. Eso parecía.

Un mapa del Mandato Británico de 1921 mostraba las fronteras de Palestina ya divididas entre una patria judía al oeste del Jordan (el actual Israel, Cisjordania y Gaza), y otra área al este cerrada al establecimiento judío (la actual Jordania).

La respuesta árabe a dicho mapa fue: "no se trata de las fronteras".

En 1937 la Comisión Peel ofreció otro juego de fronteras. La Transjordania permanecería, por supuesto, en manos árabes, y prácticamente todo lo que estaba al oeste del Jordan también sería árabe. Darían a los judíos la tierra de Tel-Aviv que se extiende hacia el norte, a lo largo de la llanura costera, y partes de Galilea. Los árabes volvieron a contestar: "no se trata de las fronteras".

Un tercer mapa fue propuesto por las Naciones Unidas en 1947, era la Resolución 181 de la Asamblea General, el Plan de Partición, que dividió la Palestina al oeste del Jordan (al este permanecía lo que ahora es Jordania): debía dar a los judíos un indefendible territorio en forma de damero (el tablero de las damas), siendo la parte más grande el entonces totalmente árido Negev. Jerusalén, el epicentro de la vida judía, añorado desde el año 70 de la era actual, sería internacionalizado; un pasillo diminuto uniría las partes truncadas de Israel. Para llegar hasta Galilea los judíos tendrían que cruzar la Palestina árabe.

Los judíos aceptaron el trato. Los árabes dijeron: "no se trata de las fronteras".

El 15 de mayo de 1948 - hace hoy 60 años - los ejércitos egipcios, jordanos, sauditas, sirios y libaneses, junto con los irregulares palestinos, buscaron estrangular el nacimiento de Israel. Su fracaso a la hora de conseguirlo creó las líneas del armisticio de 1949. La Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán y Jerusalén este quedaban todos en manos árabes. No había entonces ninguna "ocupación".

Los judíos les dijeron: ¿ahora podemos vivir en la paz? Los árabes contestaron: "no se trata de las fronteras".

Hoy, hace 41 años, las tropas egipcias maniobraron en el Sinaí tras declarar Gamal Abdel Nasser una "guerra total". Los sirios, por su parte, prometieron "la aniquilación". Incluso el rey Hussein calculó que el tiempo era maduro para golpear. Pero en vez de destruir a Israel, los árabes perdieron más territorio. El centro de la civilización judía, Judea y Samaria, estaba ahora en manos de Israel, como el Monte del Templo de Jerusalén.

Incluso entonces los judíos ofrecieron: “Cambiemos tierra por paz”.

En agosto de 1967, los líderes árabes reunidos en Khartoum dieron su respuesta: “Ninguna paz. Ninguna negociación. Ningún reconocimiento”.

Diez años más tarde, con la elección de Menachem Begin, el valeroso Sadat Anwar vino a la Knesset con un mensaje: “Realmente les damos la bienvenida para que puedan vivir entre nosotros en paz y seguridad." Egipto e Israel entonces convinieron una frontera y firmaron un tratado de paz.

Los árabes condenaron al ostracismo a El Cairo y Sadat fue asesinado. La paz nunca realmente floreció, pero si los asimientos fronterizos.

Y llegamos a 1993, Yitzhak Rabin asume un riesgo estratégico sorprendente otorgando partes de la Cisjordania a una Autoridad Palestina recién creada. Hebron, Belén, Ramallah, Nablus, Jenin, Jericó, Tulkarm y Kalkilya todas volvieron bajo la plena jurisdicción palestina. Otros territorios fueron colocados bajo el control civil de la Autoridad Palestina, y esta tomó el control de los centros demográficos árabes en Gaza.

La visión de las matrículas verdes de la Autoridad Palestina se convirtió en un hecho trivial en todas partes de Israel. Los puntos de control fueron minimizados. La comunidad internacional vertió el dinero en las arcas palestinas con destino a esas áreas.

Por fin los palestinos tenían los parámetros de un estado a la vista - un horizonte político. Las partes todavía tenían cuestiones complicadas que abordar, pero la realidad en el terreno había mejorado dramáticamente.

En el 2000, Ehud Barak ofreció en Camp David su visión de un estado palestino viable. La “contrapropuesta” de Yasser Arafat fue la intifada Aksa, una orgía de atentados suicidas a escala nacional y local que, con los disparos en la Cisjordania, se llevaría más de 1.000 vidas de civiles israelíes. Claramente para Arafat la cuestión no eran las fronteras.

Para que los israelíes lleguen ahora a tomar en serio la idea "de un acuerdo sobre las fronteras”, los palestinos tendrían que declarar de una vez para siempre que su disputa con nosotros, realmente, es sobre las fronteras. Y que ellos aceptan el derecho de Israel a existir como un estado judío.

Si ellos lo hacen, el resto será mucho más fácil.

editorial de JPost

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