El éxito de Hizbullah al paralizar el norte de Israel durante más de un mes el verano pasado dejó a Bashar Assad boquiabierto: él, con su inexperiencia, vio en esto la prueba de que Israel podría ser derrotado. Es por eso qué Assad ha acelerado la campaña de rearme de Siria este último año.
Assad pensó que, en tiempos de necesidad, podría alcanzar una especie de victoria sobre Israel paralizándola también utilizando misiles y cohetes, reintegrando a su vez la cuestión de los Altos del Golán en el orden del día internacional, y recuperándolos "honorablemente" como si los hubiera conseguido por medio de una impresionante maniobra militar.
El establecimiento del tribunal internacional por el asesinato del antiguo Primer Ministro libanés Rafik Hariri, que debe comenzar a funcionar dentro de poco, es la gran preocupación de Assad, pues plantea una amenaza existencial para él mismo y para el régimen de la minoría alawita que encabeza. Como la vía preferida de los sirios para extinguir fuegos es crear otros mayores, Israel, justificadamente, temió que Siria se preparará para la guerra antes de ser inculpada por el asesinato de Hariri.
El afortunado resultado de estas advertencias fue que el IDF incrementó considerablemente su nivel de preparación en los Altos del Golán. Conocemos la serie de ejercicios a gran escala que el ejército ha realizado en el Golan. Estos ejercicios públicos son bienvenidos, y deberían ser proseguidos, ya que condujeron a un resultado importante. Los sirios han sido disuadidos. La disuasión ha sido rehabilitada. Las reglas del juego han sido reactivadas.
Israel dejó claro a los sirios que si Assad pensaba que un ataque contra su soberanía sería un paseo militar y que Israel se conformaría con las dudosas respuestas que caracterizaron a la última guerra, estaba equivocado. El IDF es un ejército situado a las puertas de Damasco, y no hay otro camino.
De ahí que las implicaciones de un ataque contra Israel podrían suponer el final del régimen de la minoría alawita en Damasco, ya que Israel nunca consentirá en pagar el precio que el Líbano esta pagando por la rampante subversión siria.
Podemos asumir que los sirios han recibido el mensaje. Ellos entienden mensajes como éstos - son de la clase de los que practican habitualmente y que comprenden. No hay duda de que la llegada de un ministro de defensa serio, Ehud Barak, estrechamente familiarizado con los modos y los procedimientos de los sirios, también ha contribuido a la fuerza del mensaje.
La intensa discusión en los medios israelíes en cuanto a las intenciones de los sirios también añadió dimensión a la disuasión, pues si los sirios consideraban el elemento sorpresa como lo hicieron en 1973, ahora ya no existía ningún elemento sorpresa por ningún lado.
El riesgo de guerra con Siria se ha reducido a corto plazo, pero no ha desaparecido totalmente. Tendremos que re-examinarlo en los próximos meses, ya que el continuado suministro de misiles a los sirios es de preocupar y debería ser una preocupación para todos aquellos que buscan la paz en el Oriente Medio. La disuasión, debería recordarse, también debe ser mantenida.
Este es el poder de la disuasión, y este es el Oriente Medio. En otras palabras, aquellos que piensan que las informaciones sobre posibles guerras son perjudiciales, también deberían descubrir que realmente pueden tener efectos beneficiosos. Las palabras son poderosas en nuestra región, y sólo lamento que esto no se hubiera puesto en práctica contra Hizbullah después del rapto de nuestros dos soldados el año pasado. Quizás, la última guerra podría haber sido prevenida.
de Guy Bechor tomado de Safed-tzfat
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