¿De qué va esto?

Esto es un blog pro-Israeli.

Lo creamos hace ya casi cinco años, en los albores de la operación Litani, tras el secuestro de Ehud y Eldad. Cuando Gilad llevaba más de un mes en manos de Hamas.

Han pasado casi cinco años. Gilad sigue en manos de Hamas, Ehud y Eldad volvieron a Israel. Muertos. Muchas cosas han pasado, pero poco ha cambiado. Una tregua, Sderot bajo el fuego de los qassam, atentados, una operación contra Hamas, la reconciliación entre Fatah y Hamas, informes sesgados, la ONU, secuestros en Gaza, flotillas pseudo-pacifistas…

Lo que nos hizo abrir este blog en ese momento, fue notar que no recibíamos información sobre lo que pasaba en Israel. Empezamos a traducir noticias, a escribir crónicas basándonos en la información que recogíamos de fuentes de todo el mundo.

Después la calma, después otras luchas en otros lugares. Nos volvimos más críticos, más pesimistas.

Pero seguimos aquí, y pensamos, que pese a quien pese, Israel seguirá existiendo. Y seguiremos peleando, para que eso sea así.

sábado, 1 de marzo de 2008

En todas partes hay idiotas, pero hay quien presume de serlo

Les juro que he leído estupideces en mi vida, tonterías fanáticas faltas de la lógica más elemental, pero esta izquierda que se autoproclama izquierda verdadera y defensora de los derechos humanos me sorprende cada día y para peor.

Defienden los derechos de los niños, pero no protestan porque se les use como soldados, como carne de cañón o directamente como bombas, es más les parece normal que se les eduque en el odio. Que se les diga a los niños que su meta y su mayor alegría debe ser suicidarse matando, que les digan que los judíos merecen morir, y que los cristianos también. Pero después se enfadan porque hay padres que no consideran bueno decirles a los niños que la homosexualidad es algo normal.

Defienden la libertad de expresión de un fanático religioso como Ahmadineyad, pero se enfadan porque la Iglesia opine y exigen su disolución. La libertad de expresión en Irán está tan asegurada que hay varios periodistas iraníes esperando su ejecución.

Se dicen pacifistas y contrarios a la guerra pero distinguen entre conflictos buenos y malos. Quieren la paz, pero nunca proponen una paz real, ni admiten una visión diferente a la suya. Entienden la paz como ese momento en el que unos pierden, los malos, y otros ganan, los buenos.

Se definen tolerantes, y defienden a personajes como Ahmadineyad que dice que los homosexuales en Irán no existen —¿será porque los ahorcan?—, un presidente de un país en el que los ciudadanos pueden ser detenidos por la policía religiosa si el corte de pelo que llevan es quizás demasiado occidental o el pañuelo es quizás demasiado pequeño. Después en sus países deploran a la derecha retrograda a la que acusan de reprimir sus sociedades —una derecha que está a años luz del grado de represión de los gobiernos y grupos a los que defienden, como Hamas, Hezbollah o Irán (curiosamente desde que Fatah intenta buscar la paz con Israel Fatah, la laica Fatah ya no es tan bien vista y se considera a Hamas como legitimo y único representante de los palestinos)

Defienden el laicismo del estado, pero pretenden que el estado financie al Islam, y que el culto religioso sea privado, después de erigirse como defensores de los Derechos Humanos, olvidando que la Declaración Universal de los Derechos Humanos defiende claramente el derecho del ser humano a ser una persona religiosa, y el derecho a que esa religiosidad sea manifiestamente pública si así se quiere.

Se definen como antirracistas, pero tratan a africanos, sudamericanos y asiáticos como a bebés o retrasados mentales no responsables de sus actos. La culpa de todo la tiene occidente, la colonización o el capitalismo (invento occidental, por supuesto). ¿Quién tiene la culpa del genocidio de Ruanda? Europa.

Pero descubrir que en una universidad israelí hay quien es capaz de llevar a cabo en serio una tesis con el sugerente titulo: “¿Cómo es que, al contrario de la práctica habitual entre otros ejércitos de ocupación, el ejército de ocupación sionista no viola?”, llegando a dos conclusiones que no sé si son bochornosas o síntoma de un problema mental:

“La primera, los soldados del IDF no violan a las mujeres palestinas porque para ellos estas mujeres han sido deshumanizadas, "y por consiguiente, un acto sexual no puede ser realizado con alguien que es percibido como menos que humano". La segunda, los soldados se abstuvieron de violar a las mujeres palestinas para servir a un objetivo más elevado, un objetivo demográfico, porque la violación podría causar embarazos que aumentarían posteriormente el número de nuestros enemigos.”

Y siendo así, uno no sabe si darse de baja de la izquierda no vaya a ser que esta epidemia de estupidez e incoherencia sea contagiosa. Pero mirando de reojo la derecha… creo que me proclamo desde ahora ambidiestro o manco.

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