Según parece, en los últimos años, el salafismo se ha puesto de moda en Gaza. Miembros de grupos salafistas que han atentado en Iraq y Egipto confesaron haberse estado entrenando en Gaza. Delante de las narices de una Hamas a la que abiertamente desprecian.
Uno de los grupos es Tawhid wa Al-Jihad. Recientemente celebre, por ser responsable del secuestro, tortura y asesinato del activista propalestino Vittorio Arrigoni. El italiano fue acusado de “propagar la corrupción” —deduzco que moral—, de provenir de un estado infiel —Italia—, o por ser gay —es uno de los rumores que corre últimamente por la red, además de su relación con la responsable de AI de la zona—, u occidental, por fumar, por hablar con las mujeres palestinas directamente, por beber… o por todo eso.
Pero Tawhid wa al-Jihad no es el único grupo de corte salafista que ronda por Gaza y pretende hacerle la competencia a Hamas. Otro de los grupos es Jund Ansar Allah, el grupo salafista que declaró su intención de convertir Gaza en un estado verdaderamente islámico desde la mezquita de Ibn-Taymiyah, con una verdadera implantación de
El líder acabó muerto en un extraño incidente que a la prensa —sobre todo la española— no parece que le llamara demasiado la atención. ¿Han oído alguna vez hablar de un líder espiritual musulmán suicidándose con una carga explosiva para matar a un mediador? Esa es la versión que dio Hamas sobre la muerte del jeque Abdel Latif Moussa, líder del grupo salafista Jund Ansar Allah.
No es que prefiera el salafismo a Hamas, sería como escoger entre que te peguen un tiro en la cabeza o en el corazón, las posibilidades de morir son las mismas. Son los métodos salvajes de Hamas que los defensores de los derechos humanos, las ONG’s, los periodistas, los pacifistas etc. no tienen tiempo de denunciar.
Uno puede estar de acuerdo o no —yo estoy más bien en contra— con lo de “suicidar” al líder de un grupo que ha cometido varios ataques contra Israel, que ha puesto bombas en cibercafés en Gaza, y que pretende instaurar un régimen fundamentalista islámico regido por
Pero uno esperaría más resonancia ante un hecho como el asalto de Hamas a una mezquita, sobre todo al conocerse los detalles del asalto. Hamas cerró el recinto y se lanzaron varias granadas dentro, dio orden a sus tropas de ejecutar a todos —y hay una grabación que lo prueba—, hay pruebas fotográficas presentadas por
Pero del mismo modo que se silenció el asalto a la mezquita, se silencia que Vittorio Arrigoni fue asesinado por un grupo salafista palestino, o que Juliano Mer-Khamis fue asesinado por un militante de Hamas.
“Hablemos de locos, de dolor, de injusticia, de venganzas, pero ocultemos la verdad y culpemos de todo a Israel o a una conspiración perpetrada por el Mossad”. Ese es el leitmotiv de ya sabemos quienes.
Mientras tanto, Hamas tiene un problema, hay unos señores aún más radicales que ellos, el movimiento está de moda y parece que seguirá coleando. Dicen que ese tipo de cosas pasan, cuando pones a gente como Bin Laden en un pedestal. Parece que Hamas está empezando a enterarse. Y sabiendo como se las gasta Hamas, habrá otro baño de sangre.
Y que nadie se engañe, estos grupos pretenden también la destrucción de los judíos, y la destrucción de Israel. No son nuestros colegas.
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