¿De qué va esto?

Esto es un blog pro-Israeli.

Lo creamos hace ya casi cinco años, en los albores de la operación Litani, tras el secuestro de Ehud y Eldad. Cuando Gilad llevaba más de un mes en manos de Hamas.

Han pasado casi cinco años. Gilad sigue en manos de Hamas, Ehud y Eldad volvieron a Israel. Muertos. Muchas cosas han pasado, pero poco ha cambiado. Una tregua, Sderot bajo el fuego de los qassam, atentados, una operación contra Hamas, la reconciliación entre Fatah y Hamas, informes sesgados, la ONU, secuestros en Gaza, flotillas pseudo-pacifistas…

Lo que nos hizo abrir este blog en ese momento, fue notar que no recibíamos información sobre lo que pasaba en Israel. Empezamos a traducir noticias, a escribir crónicas basándonos en la información que recogíamos de fuentes de todo el mundo.

Después la calma, después otras luchas en otros lugares. Nos volvimos más críticos, más pesimistas.

Pero seguimos aquí, y pensamos, que pese a quien pese, Israel seguirá existiendo. Y seguiremos peleando, para que eso sea así.

jueves, 14 de febrero de 2008

Números

Hace unos días hubo un atentado en Israel, en la ciudad de Dimona, una mujer de 73 años resultó muerta. Pensé aliviada: “Ufff. Sólo fue uno.” Uno. ¿No es cruel pensar, sólo fue uno? ¿No es cada vida preciosa?

La última vez que mi corazón se medio alborozó al pensar que en vez de haberse cometido una masacre con decenas de muertos, los asesinos sólo habían conseguido arrebatar dos vidas… aquella vez la tristeza de dos adolescentes me inundó. Una de las vidas arrebatadas era la de uno de sus amigos, la otra la del padre de otra de sus amigas. Me sentí tan mal, tan mal…

Hoy leí la historia de un diplomático español que salvó a tres personas. Una mujer, su madre y su marido. Pensé ¡qué poco! Recordé las palabras del Oskar Schindler, con rostro de Liam Neeson que decía “podría haber hecho más”.

Después pienso en una única persona, una mujer. Joven habitante del infierno. Sólo una vida. Sin esa vida milagrosamente salvada por la casualidad, la suerte, la divina providencia o lo que sea, mi amor, la persona a la que amo no estaría aquí. ¡Cuán diferente sería mi vida entonces! ¿Qué sería de mí sin esa nariz? ¿Sin esos ojos? ¿Sin esa voz? ¿Sin esas manos? ¿Sin ese cuerpo delgado y esa piel cálida? ¿Sin esa completud que me hace sentir tan llena y vacía al mismo tiempo? ...

En qué cosas más extrañas pienso…

Definitivamente el Talmud tiene razón cada vida vale un mundo entero. O se pierde, o se crea.

tomado de Goelet

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