La última semana ha sido la peor para Israel en los últimos tres años. Tres ataques coordinados, —contra todo vehículo que circulaba por la carretera que lleva a Eilat—, una nueva tentativa de secuestro —frustrado porque los ocupantes del coche no se detuvieron, pero presenciaron como miembros de su familia que iban en otro coche eran asesinados—, lanzamientos continuados de mortero, cohetes qassam y grads —que acabaron con la vida de un padre de familia que deja a dos niñas pequeñas y una mujer a punto de dar a luz—.
El balance es de nueve israelíes muertos, decenas de heridos. Un millón de israelíes en los refugios anti-aéreos, y el Sur de Israel atacado desde Gaza. Sólo el viernes cayeron en territorio israelí más de 70 proyectiles.
Ese es el panorama que la prensa europea y sobre todo la española no quiere contar. La noticia del triple ataque en el Sur de Israel no fue más que una simple anécdota. Los lanzamientos de qassam, grad y mortero meras anécdotas dentro de los artículos que demonizan a Israel por devolver el fuego o acabar con la vida del grupo que reivindicó el triple ataque.
Por enésima vez las mismas sensaciones: Indignación. Una profunda indignación al ver como en RTVE se justifica un ataque contra un autobús público porque en él viajaban militares israelíes. No creo que el redactor de esa noticia se hubiera atrevido a justificar que Al-Qaeda atentó contra los trenes en Atocha porque los trenes también son usados por personal del ejército español. Básicamente porque sería una atrocidad. Pero la prensa española hace tiempo que parece desconocer las cosas más básicas.
Hartazgo, porque por enésima vez “Israel ataca Gaza” y ni media palabra de los ataques sobre el Sur de Israel, ni sobre el millón de israelíes que viven pendientes de las sirenas, o del buen funcionamiento del Iron Dome.
Cabreo, porque los palestinos nunca son parte de un grupo terrorista, ni aunque la yihad islámica o el comité de resistencia popular lo admitan. Son hombres, mujeres y niños. Los israelíes sólo son un número, o israelíes, o sionistas, o colonos, o civiles o militares. Nunca personas, ni padres, ni hijos, ni niños, ni bebés.
Un apunte, los enemigos de Israel se han modernizado, parece ser que utilizan facebook, twitter y demás para afinar la puntería, por eso el ejército israelí les ha pedido a los ciudadanos israelíes que no den datos sobre los impactos de qassam y grad.
Facebook y twitter se había convertido para muchos israelíes en una forma de demostrarle al mundo que el Sur de Israel está siendo constantemente atacada desde Gaza, en una forma de luchar contra los silencios interesados de aquellos que se empeñan en que el mes que viene
Porque la realidad es que han vuelto a atacar a Israel, están atacando el sur del país a pesar de la “tregua” —una de esas treguas a las que Hamas, la yihad y demás grupos palestinos nos tiene acostumbrados—, y la prensa internacional, sobre todo la española mira a otro lado.
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