Cualquiera que haya osado en la última semana defender a Israel tras lo sucedido en el Mavi Marmara, estoy seguro de que tendrá unos cuantos deja vu al leer el artículo que robé (algo bastante habitual en mi, cuando veo un artículo que me gusta y que expresa ideas interesantes y puntos de vista en los que no había pensado) de Safed-Tzfat.
Me he pasado, la última semana, inmerso en una batalla dialéctica, en varios foros, contra los que creen que el linchamiento de soldados entra dentro del “Manual básico del buen pacifista”.
Siete tópicos contra Israel - Salvador Sostres - Artà - Mallorca
1. No ha sido una respuesta proporcional.
Este es el primer reproche siempre, pase lo que pase. Ninguna respuesta del Estadlo de Israel, desde su fundación, ha sido considerada proporcional. Este apasionante concepto: la proporcionalidad, como si se tratara de un partido de cricket, como si se tratara de empatar. Y luego, por supuesto, la pedantería europea de darle lecciones a todo el mundo.
2. Los palestinos sólo tienen piedras.
Para reforzar aún más la idea de desproporcionalidad, se insiste en la falsedad de la falta de recursos bélicos de los palestinos, como si en el fondo se deseara que tuvieran más munición para poder matar mejor. No es cierto que los palestinos sólo tengan piedras: sus vecinos árabes se encargan de armarlos convenientemente y de ahí que Israel se haya visto obligado a imponer el bloqueo. Como dijo Golda Meir, «podría entender que los árabes quieran borrarnos del mapa. Pero, ¿es que realmente pretenden que cooperemos con ellos en eso?»
3. Mira que siempre apoyo a Israel, pero esta vez ya no puedo más.
Lo gracioso de esta frase es que la gente que la dice, la dice cada vez.
4. Israel tiene derecho a existir dentro de unas fronteras seguras pero no a cualquier precio.
¿Y cómo conseguir una existencia pacífica cuando sus enemigos pagan cualquier precio para destruirlas? ¿Cómo conseguir esta existencia pacífica con terroristas que sienten más odio por Israel que aprecio por sus vidas? En una situación de permanente amenaza como la que vive Israel, de permanente amenaza de exterminio, ¿qué significa «no a cualquier precio»? ¿A partir de qué precio tiene Israel que sucumbir y dejarse eliminar?
5. Israel ve terroristas de Al-Qaeda en todas partes.
Después del 11-S, de los autobuses de Londres y de los trenes de Atocha, sorprende este nihilismo occidental de hablar del terrorismo islamista en tercera persona. Sí: en todas partes acecha la amenaza islamista, de un modo incluso más angustioso y sangriento que la amenaza comunista. Y con la única misión de destruir el mundo libre.
6. Israel está perdiendo todo su prestigio internacional.
Éste es uno de mis tópicos preferidos, he de reconocerlo. Israel sólo tuvo prestigio internacional en el Holocausto. Sólo entonces -sospechosamente- el mundo se apiadó de los judíos. Pero aparte de aquel momento tan brillante, ¿qué otro pueblo del mundo puede presumir, históricamente, de no haber sido nunca antisemita y de no haber perseguido jamás a los judíos? ¿Cuántos de estos pueblos se han disculpado por ello? ¿Y cuántos podrían asegurar que han borrado de raíz el antisemitismo de sus gobiernos y de sus corazones?
7. Parece mentira que un Ejército tan preciso y profesional como el de Israel haya necesitado matar a nueve personas.
Lo de las nueve personas se ha dicho en el caso concreto de la flotilla, pero el tópico es eterno y para cada ocasión se pone la cifra de bajas correspondiente. Es verdad que Israel tiene el mejor Ejército del mundo, pero también lo es que en una confrontación bélica nunca puedes saber lo que va a pasar y lo que vas a encontrarte. Y, sobre todo, hay que considerar que Israel no suele enfrentarse a un enemigo convencional sino a un tipo de terrorismo que usa escuelas y hospitales como bases militares, al que no le importa usar a la población civil de escudos humanos, y que mezcla armas con ayuda humanitaria y terroristas con cooperantes. Las guerras ya no son como antes. Pero algo en el fondo permanece inmutable. También lo dijo Golda Meir: «He dado expresas instrucciones, de ser avisada personalmente cada vez que caiga un soldado nuestro, así sea en medio de la noche. Cuando el presidente Nasser dé instrucciones de ser despertado en mitad de la noche cuando caiga un soldado egipcio, llegará la paz».
2 comentarios:
Eres muy ingenioso, y te felicito. Un problema del nacionalismo es cuando empiezas a cosificar al otro.
"Los palestinos armados" que mencionas (por Irán, o por quien quieras) no son los que murieron, que no tenían armas de fuego con quien defenderse de unos soldados profesionales. Criticar lo uno no implica defender lo otro.
Otra característica del nacionalismo es que su existencia es independiente de su racionalidad. Algo parecido puedes aplicar al pro-palestinismo (furibundo y desinformado, si quieres) que acciones como estas despiertan. El gobierno de Netanyahu puede tener la razón para iniciar asentamientos, disparar sobre quienes no respetan los controles de seguridad, etc, pero cada paso adelante debilita la posición del estado de Israel de cara a unas negociaciones. Están perdiendo la guerra ideológica, y eso debería preocupar a los defensores de Israel más que defender unos asesinatos lamentables desde cualquier punto de vista.
Me resulta curioso que hable de “guerra ideológica” teniendo en cuenta la ideología de la mayoría de los participantes en el convoy que tenía como gran y única pretensión, no abastecer Gaza de absolutamente nada, si no romper el bloqueo.
Un grupo autoproclamado pacifista que obvia a una de las partes, en sus esfuerzos por “conseguir la paz” y que repite una y otra vez al Estado Israelí que debe desaparecer, por la paz.
Ese “pacifismo” que usa barras de hierro, sprays, granadas ensordecedoras, y demás… es el colmo de la hipocresía. Porque mientras una parte del convoy no sólo disculpa, si no que defiende los métodos de Hamas, otra parte dice repudiarlos, pero no se muestra tan contundente cuando se le pregunta ¿por qué participa en una campaña en la que el mayor beneficiado, no será la población de Gaza, si no Hamas?
Los muertos no eran palestinos armados, eran turcos que pertenecían a una ong con vínculos a grupos terroristas, tanto por proporcionarles fondos o por apoyo táctico. Según el testimonio de un reportero de Al-jazeera, los “pacifistas” secuestraron a cuatro soldados israelíes heridos y los encerraron en la bodega del barco. Por lo que parece, parte de la organización, evitó que fueran ejecutados.
Desde luego, alguien que se autoproclama pacifista y propalestino, si hace proclamas a Hamas o hace propaganda a favor de Hamas, o no es pacifista, o no es pro-palestino (sólo hay que ver como ha mejorado la vida en la franja de Gaza desde que Hamas tomó el control) o es que es, sencillamente, idiota.
¿Qué se puede negociar con una Hamas que, en su carta fundacional, pide el asesinato de todos los judíos del mundo?
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