El Mein Kampf de Hitler está a la venta en El Cairo, tanto en conocidas librerías como en las calles alrededor de Midan Tahrir, la caótica plaza mayor de la ciudad. La traducción árabe está al lado de las remesas de libros religiosos, así como los trabajos sobre Saddam Hussein, el cerebro de Al-Qaida en Irak, Abu Musab Al-Zarqawi, y Osama bin Laden ("Bin Laden... el Coco de América").
Publicado en principio en el Líbano en 1963, según el MEMRI, y reimpreso en 1995, el Mein Kampf, transcrito como Kifahi (y no jihadi como asegura de Victor Davis Hanson), también está extensamente disponible, según nos informan, en Jordania y en los territorios de
MEMRI cita parte de esta introducción, pero omite cualquier mención de Marx o del comunismo, quedando confusa la intención del autor. Considerando la intensa animosidad del traductor hacia Marx y el comunismo, y el período en el cual el libro fue escrito, tiene sentido comprender la traducción inicial dentro del contexto de la ideología Ba'asista. (El Ba'as volvió a tomar el poder en Siria por medio de un golpe militar en 1963.) Pero casi un medio siglo más tarde, el comunismo ya no es una amenaza y hay pocos Ba'asistas en Egipto.
¿Qué explica la prolongada popularidad del libro?
Según Salwa Mohammad, una periodista egipcia que trabaja para una importante organización de noticias, es normal ver el Mein Kampf a la venta, pero no es tan popular como uno podría imaginar (a pesar de las aseveraciones contrarias de los libreros).
Salwa afirma que muchos lo leen por simple curiosidad histórica, otros por admiración por los logros de Hitler a la hora de unificar a su gente y su fuerza como líder. Finalmente, otros lo ven como un recurso para entender la actual política exterior estadounidense.
La popularidad de Hitler, según Salwa, no tuvo nada que ver con "la tortura a los Judíos o algo así", ya que los egipcios no creen en el Holocausto, "seguro que muchas personas fueron asesinadas y torturadas durante
Sin embargo, esta absolución de la culpa Nazi no parece conciliarse con otro tema común en la prensa árabe, la acusación de que Israel es un "un segundo estado Nazi." En las principales librerías de Talaat Harb uno ve libros donde se compara
Esta acusación no tiene sentido si Hitler debe ser perdonado por hacer solamente lo que uno no puede evitar hacer cuando esta en guerra. También es confuso el hecho de que Hitler sea reverenciado como un gran nacionalista que debería ser emulado, cuya obra es un recurso valioso para ser utilizado contra la propaganda occidental, cuyas ambiciones políticas también pueden mudar a la luz de los objetivos imperialistas de los Estados Unidos.
Encontré a Salwa Mohammad en Coriandro, la respuesta cairota a los Starbucks. En esta cafetería uno puede encontrar varias revistas egipcias en lengua inglesa que apoyan una variedad de causas progresistas - aumentar la conciencia del acoso sexual, el reciclaje, las privaciones afrontadas por madres solteras, hasta anuncios para el Séneca College en Toronto. Campus Magazine, por ejemplo, explora la experiencia de los homosexuales en Egipto e investiga la cuestión del racismo de los egipcios hacia los negros africanos y hacia ellos mismos por los occidentales.
Todos estos son signos positivos de una reforma en Egipto, ¿pero cómo cabe todo esto con la amplia disponibilidad del Mein Kampf?
Salwa se describe como "muy liberal" y apoya esa clase de causas reflejadas en las publicaciones antes mencionadas. Lo que es asombroso es la facilidad con que la exoneración de Hitler está unida a esas otras preocupaciones liberales, tan fácil de hecho, que parecen complementarias.
Como se puede considerar a la vez que la opresión de las mujeres se contrarresta por medio de la promoción de los derechos femeninos, mientras que la oposición al imperialismo occidental se comprende mejor gracias a las visiones Hitler sobre el nacionalismo, el gobierno y la raza.
El entendimiento del espectro político de Egipto requiere bastante más que una simple correlación de ideas liberales y conservadoras occidentales en sus homólogos egipcios. La negación del holocausto y la defensa de Hitler, que son terreno exclusivo de la franja lunática de la extrema derecha de Occidente, son mucho más predominantes dentro del mundo árabe tanto en los conservadores como en los liberales.
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